domingo, 20 de marzo de 2011

Románico





Esta imagen corresponde al interior de la Catedral de Santiago de Compostela perteneciente al románico español, del siglo XI, situada en Santiago de Compostela.

Esta iglesia esta realizada con sillares regulares de piedra.

La planta de esta catedral es de planta de cruz latina dividida en 3 naves con un transepto de 3 naves. Donde se cruzan la nave central con el crucero se sitúa el cimborrio, que aparece por primera vez en el románico. En cuanto a la cabecera se compone de un presbiterio, una girola que aparece tras unir las laterales por detrás de la nave central, este elemento apareció en las iglesias de peregrinación para que el movimiento de los peregrinos no interrumpiera el culto que se realizaba en la nave central, además de la girola esta compuesta por 5 absidioles, es decir, de capillas radiales. También, se encuentra en el crucero 2 capillas en cada brazo del y el transepto culmina con dos puertas. La nave central esta cubierta por una bóveda de cañón reforzada por arcos fajones, conteniendo la cubierta pétrea. En cuanto a los arcos que se encuentran paralelos al eje longitudinal de la nave son arcos de medio formeros de medio punto sustentados por grandes pilares cruciformes. Las naves laterales están cubiertas por bóvedas de aristas, las cuales se forman por la interseccion de dos bóvedas de cañón. En cuanto a los absides, se encuentran cubiertos por bóvedas de cuarto de esfera.

Lo más característico del arte románico que pertenece a esta catedral, es el Pórtico de la Gloria que está situado en el nartex. Esta compuesto por tres pórticos, el central al ser de mayor tamaño está sostenidp por un parteluz.

Fue realizado por el maestro Mateo, el cual rompió con la idea de artista itinerante, es decir, que se asentó de forma mas o menos permanente en la ciudad. Su obra, marcó la transición del románico al gótico. Se caracteriza por la mezcla de elementos franceses con otros puramente hispanos.

El tema iconográfico de este relieve, es complejo. En el tímpano, observamos la imagen de Cristo de forma sedente, el cual se encuentra con las dos manos abiertas enseñando las cicatrices de sus manos. Junto a él se encuentra los evangelistas. Además aparecen los ángeles con símbolos de la pasión de Cristo y los 24 ancianos del Apocalipsis. En el parteluz preside la imagen de Santiago. A parte de los temas principales, también aparecen temas del antiguo y nuevo Testamento, el árbol de Jessé, el infierno. Y el espacio que queda libre está cubierto con el pueblo de Israel, puesto que poseían horror vacuo.

Las aportaciones que planteó este pórtico es principalmente la correcta representación anatómica, que es bastante naturalista y se encuentra protagonizado por un canon estilizado. Los pliegues de las vestimentas están más conseguidos que en los relieves anteriores, son más voluminosos, menos geométricos y con líneas más suaves, proporcionando una mayor realidad. En cuanto a los rostros son más expresivos, y se encuentran en comunicación, además, los personajes comienzan a individualizarse por lo que los rostros no son iguales unos a otros. La figura comienza a independizarse del marco arquitectónico, adquiriendo más volumen y movimiento.

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